Conozca a nuestro personal: Maria Rangel
Mi nombre es María Rangel, y soy una mujer mexicana de piel morena nacida en Michoacán, México. Criada en Portland, Oregón desde los 6 años, soy completamente bilingüe en español e inglés.
Soy la orgullosa madre de tres hijos maravillosos: Ruby (16), Giovanni (15) y Emiliano (9). Cada uno me ha enseñado a ver y vivir de manera diferente. He aprendido cosas en el camino que no creo que hubiera aprendido sin mis hijos en mi vida.
Ruby es mi primera hija. Le encanta colorear, escuchar música, cantar y bailar, y experimenta síndrome de Down. Debido a la manera negativa en que me fue dado el diagnóstico de Ruby, y debido a mis creencias culturales y a como mi comunidad veía la discapacidad como si fuese una tragedia, inicialmente tenía pocas expectativas para Ruby y en las oportunidades que la vida le presentaría.
Mi experiencia da luz algunas de las barreras que enfrentan muchas familias al abogar por sus hijos/as. La falta de información precisa sobre la discapacidad y los sistemas es una gran barrera. Y las barreras culturales son otra. A mi me enseñaron temprano en mi vida a estar agradecida por todo lo que me dieran, a no cuestionar la autoridad y a no actuar de una manera que atrajera atención sobre mí o mi familia. Es difícil participar plenamente en sistemas en los que se supone que uno pedirá lo que necesita pero cuando se nos ha enseñado a hacer lo contrario es aún más difícil.
Entonces, cuando Ruby entro a kinder y me dijeron que tenía que estar en un salón de clases de educación especial, lo acepté. Navegar por el sistema de educación especial fue extremadamente difícil para mí, ya que no sabía nada antes de que ella comenzara la escuela. Durante cuatro años, simplemente asistí a las reuniones del IEP y estuve de acuerdo con todo lo que me decian porque pensé que eso era todo lo que podrían ofrecer. Me recordaba a mi misma que debia estar agradecida por cualquier apoyo que pudieran brindarle a Ruby.
Pero cuando Ruby estaba en tercer grado, note muchos cambios de comportamiento y la escuela parecía no tener respuestas. Empecé a buscar ayuda fuera del sistema escolar y fue entonces cuando me conecté con otros padres/madres de niños/as con discapacidades. Esas familias me guiaron compartiendo sus propias experiencias, brindándome información y recursos, y apoyándome para saber cómo abogar. Aprendí que todo comportamiento es una forma de comunicación y tomé la determinación de ayudar a Ruby a comunicar de manera efectiva sus necesidades, esperanzas y deseos. Y aunque sabía que tenía derechos como madre y que mi hija tenía derechos como estudiante, no entendía completamente cómo ejercer esos derechos para hacer lo que sabía que ayudaría mejor a Ruby. Todo esto cambió una vez que me conecté y me aleje de un camino de incapacidad a un camino de empoderamiento para mí y para Ruby.
Todavía recuerdo la fuerza que me tomó expresar por primera vez mis preocupaciones durante una reunión del IEP, ya que sentia que iba en contra de todo lo que se me habían enseñado. Obtuve esa fuerza de mi nuevo conocimiento sobre lo que era mejor para mi hija y de darme cuenta de que si yo no hablaba, nadie más lo haría. Le pedí al distrito apoyos de comunicación. Actualmente Ruby usa Avaz y Tobbii DynaVox, una aplicación de comunicación bilingüe. Una vez que se establecieron los apoyos de comunicación, el comportamiento de Ruby mejoró significativamente, probablemente porque se sintió más en control de su vida.
Ahora, cada vez que las cosas se ponen difíciles en mi abogacía, pienso en nuestros éxitos pasados y en la visión que tengo para Ruby. Eso me da la fuerza para seguir adelante. Ahora trabajo muy duro para romper con los conceptos equivocados sobre la discapacidad con mi familia y comunidad al apoyar a mi hija para que tenga acceso a cualquier cosa a la que tengan acceso mis otros dos hijos, con el apoyo que necesita.
Recientemente me uní al equipo de FACT Oregon como Especialista de Programas Bilingüe y estoy muy emocionada de continuar apoyando a mi comunidad, como lo he hecho durante los últimos diez años. Mi propio “momento de iluminación” fue cuando me di cuenta de que no era la única madre que estaba pasando por estos desafíos y que al hablar con otros padres/madres y compartir mi experiencia, realmente podía ayudar apoyar a otros. Realmente significa mucho para mí poder corresponder el apoyo que una vez recibí y que sigo recibiendo. Mi objetivo es ayudar a romper las barreras de acceso brindando apoyo, recursos, entrenamiento e información en español. Si bien mi propio camino no ha sido fácil, pero soy bilingüe y puedo comunicarme de manera efectiva en inglés. Eso no es cierto para muchos en mi comunidad. Quiero que todos en mi comunidad de habla hispana se sientan conectados y empoderados sin importar cualquier apoyo que puedan necesitar para lograrlo.
Consejo de María para las familias:
Antes de comenzar mi camino de abogacía, pensé que al hacer todo por Ruby, la estaba protegiendo del fracaso. Pero otra mamá me dijo: “María, todo lo que hagas por tu hija ahora, alguien lo tendrá que hacer por ella cuando tú no estés”. Eso me hizo pensar mucho en darle a mi hija dignidad de riesgo y confiar en sus habilidades. Entonces, con eso en mente, mi consejo para las familias es que no dejen que nadie defina quién será su hijo/a. Una persona no se define por una discapacidad. Su discapacidad es parte de ellos, pero como cualquier otra persona, tienen intereses, talentos, gustos, disgutos, esperanzas y sueños. Busque los apoyos adecuados para que su hijo/a viva una vida completa y plena y logre todo lo que quiera.